FAMILIA MARIANA Y FRANCISCANA PARTICIPÓ EN JORNADA DE PREPARACIÓN PARA SEMANA SANTA

La comunidad universitaria Mariana y Franciscana participó en la jornada de oración, confesión y preparación para la Semana Santa “a través del desierto Dios nos guía a humanizar nuestra universidad”, espacio para profundizar en el significado de la Cuaresma y renovar el compromiso de seguir los pasos de Cristo.

Durante la jornada, directivos, profesores, personal administrativo y de servicios operacionales reflexionaron sobre la valentía que implica la conversión, abandonando la esclavitud del egocentrismo para abrazar la esperanza de una vida renovada en Cristo. Este espacio enmarcó diversas actividades dirigidas por la Rectoría, la alta dirección y la Pastoral Universitaria.

La Hermana Liliana Isabel Díaz Cabrera, rectora de la Universidad Mariana, compartió sus reflexiones sobre el periodo de Cuaresma: "Este tiempo litúrgico nos invita a emprender un viaje de profunda reflexión y transformación, tanto a nivel personal como comunitario, preparándonos para la celebración de la Pascua de Resurrección. Es un tiempo sagrado en el cual la sabiduría de nuestra fe nos orienta hacia el encuentro con un Cristo vivo y activo, en cada uno de nosotros".

"En consonancia con el enfoque sinodal de la Iglesia, este tiempo de Cuaresma también nos llama a tomar decisiones comunitarias y a colaborar en la edificación de un mundo más justo y fraterno, acciones a contracorriente que pueden tener un impacto significativo en la vida de quienes nos rodean y en la sociedad en su totalidad”, puntualizó la rectora.

 
Universidad Mariana
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La Cuaresma brinda a los creyentes la oportunidad de escuchar atentamente la voz de Dios, sumergirse en Su palabra y discernir cómo pueden materializar ese mensaje en acciones concretas que transformen sus vidas. Invita a abordar este tiempo con humildad y apertura de corazón, desde su espiritualidad.

El Papa Francisco inspira a los fieles en este camino Cuaresmal, enfatizando en la importancia de luchar contra las tentaciones que alejan de la verdadera comunión con Dios y con los demás; en medio de las distracciones y los falsos ídolos que puedan surgir. Él exhorta a permanecer firmes en la fe, siendo portadores de una nueva humanidad marcada por la humildad, la escucha y la solidaridad.